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Caracterización tecnológica y composicional de alfarería de estilo Molinos (ca. 800–1200 dC): Aportes a la interacción entre Antofagasta de la Sierra y el valle Calchaquí Medio

Published online by Cambridge University Press:  11 March 2025

Verónica Puente*
Affiliation:
Laboratorio de Arqueología, Universidad Nacional de Mar del Plata e Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales, CONICET-UNMdP, Mar del Plata, Argentina
Pablo M. Botta
Affiliation:
Instituto de Investigaciones en Ciencia y Técnicas de Materiales, CONICET-UNMdP, Mar del Plata, Argentina
Paula M. Desimone
Affiliation:
Instituto de Investigaciones en Ciencia y Técnicas de Materiales, CONICET-UNMdP, Mar del Plata, Argentina
Marina Sprovieri
Affiliation:
División Arqueología, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, CONICET-UNLP, La Plata, Argentina
José M. Porto López
Affiliation:
Laboratorio de Arqueología, UNMdP, Mar del Plata, Argentina
Lorena Cohen
Affiliation:
Instituto de Arqueología y Museo, Facultad de Ciencias Naturales e IML, UNT. Instituto Superior de Estudios Sociales, CONICET-UNT, San Miguel de Tucumán, Argentina
Laura Quiroga
Affiliation:
Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani, CONICET-UBA, Buenos Aires, Argentina
Silvana Urquiza
Affiliation:
Instituto de Arqueología y Museo, Facultad de Ciencias Naturales e IML, UNT. Instituto Superior de Estudios Sociales, CONICET-UNT, San Miguel de Tucumán, Argentina
*
Autor de contacto: Verónica Puente; Email: vpuente78@yahoo.com.ar
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Resumen

Presentamos la caracterización tecnológica y composicional de cerámica de estilo Molinos hallada en la localidad de Punta de la Peña en Antofagasta de la Sierra (puna meridional argentina) y en sitios de la cuenca del río Molinos, valle Calchaquí Medio (Salta). Desde una perspectiva arqueométrica y un acercamiento comparativo aportamos a la interacción entre sus habitantes para una cronología entre 800 y 1200 dC. Concluimos que los ejemplares recuperados en este sector puneño fueron elaborados con las mismas materias primas y elecciones técnicas que los del valle Calchaquí medio. Además, los antiplásticos presentes en la alfarería coinciden con los afloramientos del entorno de la cuenca de Molinos. A partir de ello, proponemos que los recipientes circularon desde el valle, posiblemente como parte de vínculos establecidos con familias que habitaron en Punta de la Peña.

Abstract

Abstract

The technological and compositional characterization of Molinos-style pottery found in the locality of Punta de la Peña in Antofagasta de la Sierra (southern Argentine highlands) and in sites of the Molinos River basin, middle Calchaquí valley (Salta), is presented. From an archaeometric perspective and a comparative approach, we contribute to the interaction between their inhabitants for a chronology between AD 800 and 1200. We concluded that the specimens recovered in this sector of the puna were made with the same raw materials and technical choices as those of the middle Calchaquí valley. In addition, the rigidity present in the pottery coincides with the outcrops from the Molinos basin environment. Based on this, we propose that the vessels circulated from the valley, possibly as part of established links with families who lived in Punta de la Peña.

Type
Article
Copyright
Copyright © The Author(s), 2025. Published by Cambridge University Press on behalf of Society for American Archaeology

La tecnología es una práctica configurada por aspectos materiales, sociales y simbólicos (Lemonnier Reference Lemonnier1992). Desde otra perspectiva, Ingold (Reference Ingold and Graves-Brown2000) destaca que las técnicas son sistemas de relaciones que adquieren sentido dentro de un ambiente social estructurado en el que se articulan mutuamente los saberes y percepciones de los hacedores y las propiedades de los materiales. En este sentido, los modos de elaboración de un objeto son el resultado de conocimientos tradicionales aprendidos y reproducidos consciente y/o inconscientemente y, a su vez, modificados en el tiempo, que generan rutinas tecnológicas (Calvo Trías y García Roselló Reference Calvo Trías and Roselló2014). Estas modalidades posibilitan que las personas se expresen, reconozcan entre sí y reproduzcan elementos que forman parte de sus identidades sociales, por lo que constituyen representaciones sociales situadas en contextos sociohistóricos particulares (Gosselain Reference Gosselain, Stark, Bowser and Horne2008; Stark et al. Reference Stark, Bishop and Miksa2000).

En la producción alfarera, numerosas técnicas utilizadas dejan evidencias materiales que pueden ser estudiadas desde el registro arqueológico. A través de su análisis es posible generar información sobre los grupos que hicieron y usaron esos objetos (Calvo Trías y García Roselló Reference Calvo Trías and Roselló2014; Dietler y Herbich Reference Dietler, Herbich and Stark1998). Partiendo desde esta perspectiva, en este trabajo proponemos contribuir a la comprensión de los vínculos entre los grupos que habitaron, entre 800 y 1200 dC, espacios distantes y ecológicamente diferenciados en la región sur andina: Antofagasta de la Sierra (ANS), en la puna meridional argentina, provincia de Catamarca y el valle Calchaquí medio (VCM), al este de ANS, en la provincia de Salta, Argentina (Figura 1). Para ello, realizamos una caracterización tecnológica y composicional de un conjunto de fragmentos cerámicos de estilo Molinos, recuperados en tres sitios arqueológicos de la quebrada del río Las Pitas (ANS) y la comparamos con el mismo tipo de análisis sobre muestras procedentes del VCM, donde este estilo fue definido y sus ejemplares abundan (Baldini Reference Baldini1992a).

Figura 1. Ubicación de los sitios y localidades mencionadas en el texto (mapa base Microsoft Bing Maps).

La microrregión de Antofagasta de la Sierra es una cuenca endorreica de altura —3.400−4.900 m snm— en la que se distinguen sectores con potencialidad productiva diferencial (Aschero Reference Aschero, Fiore and Podestá2006; Olivera y Podestá Reference Olivera and Podestá1993). La larga historia humana de ANS muestra una ocupación continua desde al menos 10.000 años, con vínculos de interacción a escala macrorregional que conformaron un elemento clave en la forma de habitar esta región (Martel y Aschero Reference Martel, Aschero, Nielsen, Rivolta, Seldes, Vázquez and Mercolli2007). Diversidad de representaciones rupestres, objetos, recursos comestibles, modalidades técnicas, materias primas, entre otros, evidencian las redes de interacción social —activas y cambiantes— a media y larga distancia que mantuvieron sus habitantes con regiones ubicadas hacia los cuatro puntos cardinales (Aschero Reference Aschero, Williams, Ventura, Callegari and Yacobaccio2007; Babot et al. Reference Babot, Baroni, Urquiza, Aguirre, Colaneri, Hocsman and Haros2009; Cohen Reference Cohen2014; Cohen et al. Reference Cohen, Puente, Martel, Ponce, Martínez, Lepori and Zamora2021; Escola et al. Reference Escola, Elías, Gasparotti and Sentinelli2015; López Campeny et al. Reference López Campeny, Romano, Rodríguez, Martel and Corbalán2014; Martel Reference Martel2014; Olivera y Vigliani Reference Olivera and Vigliani2000–2002; Quiroga Reference Quiroga2015; Urquiza y Aschero Reference Urquiza and Aschero2014; Zamora Reference Zamora2019; entre otros). Asimismo, numerosas prácticas y sus materialidades involucraban elementos comunes aludiendo al vínculo recurrente entre gente de diferentes regiones y actuando como testimonios de dichas relaciones (Martel et al. Reference Martel, Curletto and Del Bel2012; Puente et al. Reference Puente, Quiroga and Martínez2022). Las estrategias de interacción involucraron desde vínculos interfamiliares y de compadrazgo, hasta relaciones económicas y políticas, que adquirieron formas particulares a lo largo de la historia milenaria de la microrregión.

Los estudios cerámicos realizados en la quebrada del río Las Pitas muestran que en distintos momentos entre ca. 300 y 1600 dC coexistieron piezas de manufactura local y otras de origen alóctono. La cerámica local fue diversa en sus características estéticas y tecnológicas: los/as alfareros/as elaboraron su cerámica combinando recursos estilísticos —formas, colores, tratamientos de superficie, representaciones y técnicas plásticas— utilizados en piezas manufacturadas en los valles emplazados hacia el sur (El Bolsón, Hualfín, Abaucán y aledaños) pero con materias primas locales y modos de hacer particulares (Puente, Pla y Invernizzi Reference Puente, Pla and Invernizzi2017). Además, replicaron estilos cerámicos que circularon desde otras regiones (López Campeny Reference López Campeny2012). Se propuso que esta circulación de saberes podía ser el resultado de la migración de alfareras/os de origen vallisto que, como consecuencia de relaciones familiares, cambiaban su lugar de residencia de los valles hacia la puna (Aschero Reference Aschero, Williams, Ventura, Callegari and Yacobaccio2007; López Campeny Reference López Campeny2012). De este modo, la interacción se manifiesta no solo en la circulación de los objetos sino también en las técnicas que se reproducían utilizando materias primas locales.

Específicamente, en este trabajo, presentamos la caracterización de pastas y pinturas de la alfarería Molinos recuperada en ANS, en la localidad arqueológica de Punta de la Peña —sitios Punta de la Peña 3-C, Punta de la Peña 4 y Punta de la Peña 9-III-, y muestras de Molinos I, II y de la Colección del Centro de Interpretación Indalecio Gómez, en el VCM, a partir de una combinación de técnicas arqueométricas. A través de su comparación proponemos identificar semejanzas y diferencias entre los ejemplares y discutir si las vasijas de ANS fueron elaboradas en el VCM y luego circularon hacia la puna, si se replicaron en la puna las formas de hacer reconocidas en el VCM, o bien, si pudieron darse ambas situaciones.

Formas de habitar durante el Tardío en ANS

Las ocupaciones con cerámica Molinos se presentan a inicios del período Tardío o Desarrollos Regionales (en Argentina), e Intermedio Tardío (en Chile). Hacia el 1000 dC en ANS, como en otras regiones de los Andes centro-sur, se manifiestan cambios significativos en las formas de emplazamiento y organización sociopolítica en algunos sectores de la microrregión. En el fondo de cuenca del río Punilla se construye un poblado aglomerado, denominado La Alumbrera, con una clara presencia inkaica posterior y ocupado hasta momentos coloniales (Elías Reference Elías2010; Olivera y Vigliani Reference Olivera and Vigliani2000–2002). En su cercanía se establece un poblado alto en los faldeos del cerro El Coypar y entre ambos se desarrollan aproximadamente 600 ha de campos de cultivos con irrigación y parcelamiento, que adquirieron mayor intensificación hacia momentos inkas (Olivera y Vigliani Reference Olivera and Vigliani2000–2002). La Alumbrera se interpretó como un centro de poder político y administrativo jerarquizado y con fuerte injerencia microrregional (Aschero Reference Aschero, Podestá and De Hoyos2000; Olivera y Vigliani Reference Olivera and Vigliani2000–2002).

A diferencia de esto, en la quebrada de Las Pitas perduraban los modos de habitar previos, a la vez que se sumaron nuevas modalidades (Cohen Reference Cohen2014). A 3,5 km de distancia de Punta de la Peña se emplazó un espacio de carácter religioso y ancestral —Peñas Coloradas 3 cumbre— con un fuerte dominio visual del entorno. Sobre esta base, Cohen (Reference Cohen2014) propuso que las comunidades instaladas en los sectores distantes de los grandes poblados tuvieron un rol activo en la gestión de sus vínculos a nivel comunitario, con entidades humanas y no humanas de diferentes regiones. De este modo, discutió el alcance de la centralización política de La Alumbrera.

Esta diversidad en las formas de organización repercutió en las estrategias de interacción macrorregionales. Desde La Alumbrera pudieron controlarse directamente las rutas que se dirigen hacia los valles del sur (Abaucán, Hualfín, etc.). La abundancia de cerámica Belén presente en el sitio y en esos valles, evidencia —junto a otras materialidades— los fuertes vínculos que mantuvieron sus habitantes (Olivera y Vigliani Reference Olivera and Vigliani2000–2002). En cambio la posición de Las Pitas y Miriguaca (Figura 1) se relaciona con rutas actuales y antiguas que conectan hacia el este con el VCM (Cohen Reference Cohen2014; Martel Reference Martel2014) y que se encuentran alejadas de la órbita de control directo de los asentamientos del fondo de cuenca, posibilitando o promoviendo, tal vez, modalidades de tráfico interregional menos restringidas y con mayor autonomía por parte de los grupos que habitaban las quebradas mencionadas. La cerámica hallada en estas quebradas contrasta notablemente con la recuperada en el fondo de cuenca y muestra estilos cerámicos variados y modos de hacer particulares (Pérez y Gasparotti Reference Pérez and Gasparotti2016; Puente, Pla y Invernizzi Reference Puente, Pla and Invernizzi2017), que indican relaciones tanto con los valles del sur como del este.

Específicamente, la interacción con el VCM estudiada desde la alfarería, comenzó a reconocerse en la última década a partir de la identificación de fragmentos de estilo Molinos hallados en el sitio PP3-C (Puente, Pla y Invernizzi Reference Puente, Pla and Invernizzi2017). Recientemente, se identificó la circulación de cerámica de otros estilos del período Tardío-Inka (ca. 1000-1600 dC) desde el VCM hacia la Peña del Medio, en Paicuqui, un sitio de carácter religioso emplazado en el sector Norte de ANS, a 15 km de Las Pitas (Puente Reference Puente2020). Este hallazgo, junto a los recuperados en las rutas que conectaron ambas regiones —área internodal volcán Galán— evidencian la circulación cerámica desde el VCM hacia ANS durante el período mencionado (Puente y Martel Reference Puente and Martel2023).

En este escenario de diversidad de modos de habitar y formas de organización social en sectores diferenciados de la cuenca, la cerámica Molinos se detectó únicamente en los sitios de Punta de la Peña y, quizás, en algunos de la quebrada de Miriguaca (Leticia Gasparotti, comunicación personal 2023).

La cerámica Molinos: Características y cronología

La cerámica Molinos es una variedad alfarera definida por Baldini (Reference Baldini1992a) a partir de sus investigaciones en el sitio Molinos I en el VCM, provincia de Salta. Se trata de un asentamiento residencial con más de 100 recintos de paredes de piedra y planta subrectangular o subcuadrangular, dispuestos en una superficie de aproximadamente 10 ha (Baldini Reference Baldini1992a, Reference Baldini1992b). La ocupación del asentamiento fue establecida mediante la realización de fechados radiocarbónicos de materiales procedentes de excavaciones estratigráficas que lo ubican en el período Tardío pero con fechas que marcan una ocupación temprana en el lapso que media entre los años 800 y 1100 cal dC (Baldini Reference Baldini1992b:54-55, Reference Baldini, Albeck, Scattolin, Alejandra and Korstanje2010:55).

Entre el material cerámico recuperado se reconoció la presencia de un conjunto particular que fue denominado “Molinos”. Esta alfarería está representada por piezas con morfologías de cuencos, cántaros, ollas y platos. Los cuencos más comunes son de contorno simple o compuesto con un sector superior vertical, de boca no restringida y pequeñas asas mamelonares. Con menor frecuencia otros cuencos presentan boca restringida y asas otomorfas y algunos un borde evertido pequeño. Sus diámetros varían entre 15 y 30 cm. Los cántaros tienen cuerpo ovaloide o compuesto (con un sector superior elipsoide achatado), cuello troncocónico con borde evertido y asas subcirculares horizontales. Alcanzan los 40 cm de altura y entre 30 y 35 cm de diámetro máximo. Las ollas son globulares con o sin bordes evertidos y se ha registrado únicamente un plato de 10 cm de altura y 30 cm de diámetro (Baldini Reference Baldini1992a:Figura 2).

Estas vasijas presentan en su superficie externa motivos pintados en color negro sobre un fondo blanquecino desleído, que puede alternar con pintura roja o del color natural de la pasta. Los diseños son geométricos y consisten en bandas verticales con líneas rectas, onduladas, o escasas veces festoneadas, triángulos solos o formando guardas y ángulos de línea simple o doble, entre otros. En la superficie interna la decoración se presenta como una guarda en el borde, aunque en los cuencos también puede incluir dos guardas que se entrecruzan en el fondo de la pieza o series de bandas verticales (Baldini Reference Baldini1992a).

Respecto a sus pastas, los estudios se han centrado en el análisis de cortes frescos por lupa binocular. Se observaron pastas de aspecto homogéneo, compactas y de textura fina, cuyo color varía entre los tonos pardo rojizo a grisáceos. Presentan una baja densidad de inclusiones, de distribución no uniforme. Mayormente, corresponden a cuarzos blancos y cristalinos pequeños a medianos, y en menor cantidad a micas en forma de puntos y menos frecuentemente de láminas. Estas características permitieron distinguir la alfarería Molinos, de comienzos del Tardío, de la Santamariana que adquiere preeminencia durante los siguientes siglos del período en el Valle Calchaquí (Baldini y Balbarrey Reference Baldini and Balbarrey2004).

Vasijas como las de Molinos han sido halladas ocasionalmente en diversas localidades de los sectores medio y sur del Valle Calchaquí como El Churcal, Colomé, Angastaco, Animaná, etcétera (Baldini Reference Baldini1992a).

El conjunto estudiado: Procedencia y características estilísticas generales

La muestra de Antofagasta de la Sierra

La cerámica Molinos en ANS solo ha sido documentada hasta el momento en tres sitios de la localidad arqueológica Punta de la Peña, en el sector medio de la quebrada del río Las Pitas. Corresponden a asentamientos emplazados en torno a un farallón de ignimbrita, vinculados a la vida doméstica, que poseen una secuencia de ocupación amplia. Los estudios realizados evidencian que las prácticas allí desarrolladas son resultado de vínculos sociales de interacción a escalas micro y macrorregional (Cohen Reference Cohen2005; López Campeny Reference López Campeny2012; Martínez Reference Martínez2020; Navarrete et al. Reference Navarrete, Urquiza, Quiroga and Puente2022; Puente et al. Reference Puente and Martel2017, Reference Puente, Quiroga and Martínez2022; Quiroga Reference Quiroga2014, Reference Quiroga2015; Somonte y Cohen Reference Somonte and Cohen2006; Urquiza y Aschero Reference Urquiza and Aschero2014; entre otros).

A continuación se presentan las características de los sitios mencionados y de la cerámica Molinos recuperada.

Sitio Punta de la Peña 4 (PP4)

Es un alero que posee un área de reparo de 93 m2 distribuida en un sector superior y otro inferior, ambas con arte rupestre de diferentes estilos y cronologías (Urquiza y Aschero Reference Urquiza and Aschero2014). El sitio presenta distintas ocupaciones discontinuas en el lapso ca. 9000-500 aP en el que se realizaron numerosas actividades bajo cubierta del alero con eventos de limpieza hacia el exterior conformando acumulaciones. El registro correspondiente a ocupaciones del segundo milenio de la era muestran el consumo de recursos vegetales (e.g., maíz y quinua), faunísticos autóctonos y exóticos (camélidos, cérvidos, aves, roedores, quirquinchos y ovicápridos) y la manipulación de sus derivados como cordeles y textiles asociados a estructuras de combustión y un cuerpo femenino momificado naturalmente (Urquiza y Aschero Reference Urquiza and Aschero2014).

La cerámica Molinos procede de un área de acumulación de residuos por fuera del reparo del alero, generada por el descarte de actividades realizadas en su interior. Los fragmentos se asocian a un fechado calibrado en 2σ entre 1032 y 1206 dC (Urquiza y Aschero Reference Urquiza and Aschero2014:91).

Se recuperaron 16 fragmentos y corresponden al menos a dos recipientes. Uno de ellos fue un cuenco con ambas superficies alisadas y pintadas en color negro sobre crema (Figura 2, ANS9), y el otro se trató de un cántaro u olla de 30 cm de diámetro de boca, de superficies alisadas, con diseños pintados en negro sobre crema en la superficie externa y en negro sobre el color natural de la pasta, en la interna (Figura 2, ANS8; Tabla suplementaria 1).

Figura 2. Muestras recuperadas en Antofagasta de la Sierra. (Color en la versión electrónica)

Sitio Punta de la Peña 9 Sector III (PP9-III)

Es un conjunto arquitectónico a cielo abierto de aproximadamente 100 m2, conformado por cinco estructuras de muros de piedra con pirca seca, distribuidas en dos planos ubicados en desnivel, sobre la terraza alta del río Las Pitas. Éste es parte de lo que pudo ser una agrupación mayor —PP9 sectores I, II y III— que en ciertos períodos operaron sincrónicamente. En este trabajo se ingresan los datos recuperados en las estructuras 3 y 4, las cuales fueron ocupadas desde inicios de la era cristiana hasta tiempos de la colonia. El conjunto PP9-III fue una base residencial de ocupación recurrente, con patios, corrales, cocinas, espacios mortuorios, áreas de trabajo como manufactura lítica y procesamiento de alimentos, los cuales se sucedieron a lo largo de al menos 1.700 años y generaron una intrincada estratigrafía que, en los casos de las estructuras mencionadas, llegaron a una superposición de 10 niveles de ocupación. Señalamos particularmente un contexto de fogón con procesamiento de alimentos fechado en cal 1050-1290 dC (2σ), vinculado a la cerámica Molinos (Somonte y Cohen Reference Somonte and Cohen2006:141).

Se recuperaron cinco fragmentos que remontan entre sí y corresponden a una sección de borde, posiblemente de un cuenco, con un diámetro de boca estimado en 20 cm. Ambas superficies están alisadas y pintadas en color negro sobre el fondo natural de la pasta (Figura 2, ANS7; Tabla suplementaria 1).

Sitio Punta de la Peña 3, sector C (PP3-C)

El sitio se construyó adyacente al farallón de ignimbrita. El sector C combina dos unidades residenciales conectadas entre sí por un patio y relacionadas con dos estructuras productivas, de las cuales al menos una funcionó como corral (Quiroga Reference Quiroga2015). El complejo habitacional A se conforma por tres recintos próximos entre sí, y el B por dos recintos contiguos. Las excavaciones realizadas y los fechados obtenidos evidencian una historia ocupacional que se inicia en el primer milenio de la era y alcanza momentos de ocupación coloniales-republicanos (Martínez Reference Martínez2020; Puente et al. Reference Puente, Quiroga and Martínez2022; Quiroga Reference Quiroga2014, Reference Quiroga2015).

En el sitio se realizaron múltiples actividades relacionadas con la vida doméstica, entre ellas, preparación y consumo de alimentos, manufactura de instrumental lítico, elaboración y uso de hilados y tejidos, etcétera (Martínez Reference Martínez2020; Navarrete et al. Reference Navarrete, Urquiza, Quiroga and Puente2022; Puente et al. Reference Puente, Quiroga and Martínez2022; Quiroga Reference Quiroga2014). El conjunto cerámico recuperado muestra una importante variabilidad tecnológica y estilística que materializa, a lo largo de la secuencia, vínculos con los valles de Hualfín, Abaucán, Belén y aledaños hacia el sur, y con el VCM hacia el norte (Puente et al. Reference Puente, Quiroga and Martínez2022). Algunas piezas son de manufactura local y otras alóctonas (Puente, Pla y Invernizzi Reference Puente, Pla and Invernizzi2017).

Particularmente, la cerámica de estilo Molinos, corresponde a 41 fragmentos pertenecientes al menos a siete recipientes: cuatro cuencos, una olla o cántaro y dos cuya forma no pudo determinarse (Figura 2, ANS1, ANS2, ANS3, ANS4, ANS5, ANS6, ANS10; Tabla suplementaria 1). Todos poseen sus superficies alisadas, en tanto el color y el sector donde fue aplicada la pintura varía según el caso. Algunos fragmentos se hallaron en superficie, dispersos en los espacios residenciales y productivos, y otros se recuperaron en estratigrafía en dos áreas de vertedero de residuos fechadas en 901-1126 cal dC (1σ) y 1045-1189 cal dC (1σ), respectivamente (Puente et al. Reference Puente, Quiroga and Martínez2022:60).

La muestra del Valle Calchaquí Medio

El conjunto analizado está compuesto por 13 muestras que fueron seleccionadas con el propósito de representar variabilidad de formas, tamaños y colores del estilo, las cuales proceden de excavaciones estratigráficas de sitios arqueológicos, así como de hallazgos esporádicos (Tabla suplementaria 1).

Sitio Molinos I

Es un asentamiento residencial constituido por numerosas estructuras de paredes de piedra que se distribuyen, con diverso grado de aglutinamiento, por una superficie de unas 10 ha sobre el piedemonte del Cerro Overo. A partir de las investigaciones y materiales de este sitio se definió la variedad alfarera Molinos de cronología entre 800 y 1100 cal dC (Baldini Reference Baldini1992b:54–55, Reference Baldini, Albeck, Scattolin, Alejandra and Korstanje2010:55). Se seleccionaron 11 muestras que proceden de las excavaciones de contextos doméstico-residenciales. Corresponden a ejemplares de cántaros, cuencos, posiblemente ollas y algunos fragmentos de cuerpo sin referencia morfológica. Todos presentan motivos pintados en negro en la superficie externa tanto sobre crema, rojo o el color natural de la pasta. La mayoría también presenta pintura negra en la superficie interna (Figura 3).

Figura 3. Muestras comparativas del valle Calchaquí medio. (Color en la versión electrónica)

Sitio Molinos II

Así se denominó al sitio del hallazgo casual de un enterratorio por parte de trabajadores de la Municipalidad de Molinos, a unos 300 m al oeste del sitio Molinos I. La escasa distancia entre el entierro y el área residencial permite considerar una estrecha vinculación entre ellos (Baldini y Baffi Reference Baldini and Baffi2008).

El hallazgo es la inhumación de una mujer joven de entre 18 a 20 años de edad cuyos restos óseos fueron fechados entre 1289 y 1398 cal dC (1σ; Baldini y Baffi Reference Baldini and Baffi2008:5). Estaba acompañada por una vasija de estilo Molinos a modo de ajuar la cual fue seleccionada para análisis. Corresponde a un cántaro de cuerpo ovoide y cuello cilíndrico, de borde levemente evertido, pintado en negro sobre rojo y, posiblemente, también crema en la superficie exterior. En tanto, la superficie interna del borde está pintada en color negro sobre el color natural de la pasta (Figura 3, VC5).

Colección arqueológica

En el Centro de Interpretación “Indalecio Gómez” de Molinos, localidad lindante al sitio Molinos I, existe una colección arqueológica integrada por piezas que fueron donadas recientemente por particulares para quedar bajo custodia de la municipalidad de dicha localidad. Las mismas fueron obtenidas en circunstancias diversas y se cuenta con escasa información contextual y de procedencia. Entre ellas se destaca un cántaro Molinos de cuerpo ovaloide en la sección inferior y elipsoide achatado en la superior, y con un cuello cónico (Figura 3, VC14). Presenta diseños geométricos pintados en negro sobre rojo desleído, que por sectores se confunde con el color natural de la pasta (Sprovieri Reference Sprovieri2019). De esta pieza procede la muestra analizada.

Metodología

La caracterización tecnológica y composicional de las pastas y las pinturas se realizó mediante un acercamiento que integró diferentes técnicas analíticas seleccionadas para responder a distintos interrogantes y abordar un número variable de muestras (Quinn Reference Quinn2013).

El análisis de las modalidades de pastas y la identificación de los antiplásticos se desarrolló en dos instancias. La primera consistió en observaciones con lupa binocular, utilizando los aumentos de 10× hasta 40× en todas las muestras. Así, se procuró obtener información preliminar sobre la variabilidad general del conjunto. Las observaciones se realizaron sobre cortes frescos, siguiendo el eje axial de los fragmentos y para el análisis se siguieron los criterios establecidos en un trabajo previo (Puente Reference Puente2011).

Posteriormente, se seleccionaron muestras para ser analizadas por microscopio petrográfico (Motic PM1805) a fin de obtener información precisa sobre la naturaleza del material antiplástico y las modalidades de preparación de las pastas (Quinn Reference Quinn2013). El estudio se realizó sobre cortes delgados (30 μm) siguiendo los mismos criterios de orientación utilizados en los cortes frescos. Se analizaron diez muestras de ANS, cada una de ellas correspondientes al número mínimo de vasijas identificadas. En tanto, para el VCM, se seleccionaron seis fragmentos, que representan la variabilidad de grupos de pastas definidos por lupa binocular y la diversidad de formas de los recipientes.

La aproximación fue cualitativa y cuantitativa. Se identificó el tipo de mineraloclastos y litoclastos de tamaños superiores o iguales a 0,025 mm, su tamaño (según escala de Udden-Wentworth; ver material suplementario) y esfericidad y redondez, según gráfico de sedimentología (Quinn Reference Quinn2013). Además, se registró el color y la estructura de la matriz (Courtois Reference Courtois1976) y las formas y los tamaños de las cavidades. Luego, se realizó el análisis modal de los componentes —inclusiones, matriz y cavidades— mediante el método de intercepción múltiple (Quinn Reference Quinn2013), contabilizando aproximadamente 400 puntos a distancias constantes por corte delgado. Para estudiar la semejanza y diferenciación entre las muestras, los datos cuantitativos fueron procesados aplicando el análisis de conglomerados (programa PAST 2.17). Por último, los datos registrados permitieron reconocer el agregado intencional de temperante, considerando la granulometría de los clastos, su densidad (% total), y la comparación textural de los fondos de pastas y los nódulos de arcilla (Pereyra Domingorena Reference Pereyra Domingorena2012).

La caracterización mineralógica de las pastas y pinturas se realizó combinando estudios por difracción de rayos X (DRX) y micro espectroscopía Raman (RS). Debido al fundamento físico, resolución espacial, selectividad y sensibilidad de cada técnica su uso complementario garantiza una caracterización más completa (Puente, Desimone, et al. Reference Puente, Desimone, Tomba and López2017). Si bien se priorizó el estudio de todas las muestras, la técnica implementada y la sección —pasta, pintura— estudiada dependió de las condiciones particulares de los fragmentos y de las características de los equipos.

La determinación composicional de las pinturas se realizó directamente sobre las superficies de los fragmentos para evitar rasparlas. Por ello, los análisis por DRX solo pudieron realizarse sobre tiestos planos y cuyo tamaño permitiera su incorporación en el equipo. En el caso de las pastas se extrajo una pequeña muestra (entre 20 y 50 mg) que fue molida. El propósito de su estudio fue definir la composición de las fases cristalinas del conjunto y, además, comparar su constitución con la de las superficies pintadas, para verificar la validez de los cromóforos reconocidos. Las especificaciones técnicas se detallan como material suplementario.

Por último, dado que en algunas muestras de VCM la pintura negra se diferencia del resto por ser de un color más intenso y tener un leve relieve, se decidió aplicar estudios por microscopía electrónica de barrido acoplado con espectroscopía dispersiva en energía (SEM-EDS). El propósito fue determinar si estas particularidades se debían a diferencias térmicas y composicionales. Se seleccionaron seis muestras, tres de cada región, y se analizaron la pasta y la pintura negra. Esta técnica permite estudiar la morfología microestructural de los materiales analizados e identificar sus elementos químicos.

Resultados

Modalidades de pastas y sus componentes no plásticos

Los análisis por lupa binocular permitieron reconocer semejanza entre la mayoría de las muestras de ambas regiones. Se trata de pastas finas, de fractura resistente a muy resistente, de matrices compactas, con baja frecuencia relativa de poros y antiplásticos, entre los que se reconocen cuarzo y micas. No obstante estas semejanzas, hay cierta variabilidad en el tamaño y proporción de los antiplásticos y poros. La única muestra que se diferencia notablemente de este conjunto es la VC14. Su fractura es menos resistente, la matriz es compacta pero se observan grietas y se destacan las inclusiones de colores gris, marrón, negro y blanco, posiblemente correspondientes a fragmentos de rocas y minerales, de arena muy gruesa y sábulo (Figura 4).

Figura 4. Fotografías representativas de la variedad de pastas definidas por lupa binocular. (Color en la versión electrónica)

Los estudios petrográficos permitieron profundizar la caracterización de las pastas y definir la naturaleza de los antiplásticos. Al respecto, las muestras estudiadas presentan una composición homogénea, con algunas variantes menores, dominadas principalmente por la combinación de cristaloclastos de cuarzo y feldespatos junto a litoclastos de origen sedimentario correspondientes a areniscas y pelitas (Tabla suplementaria 2).

Para evaluar la asociación entre las muestras de ambas regiones, considerando el análisis modal de sus componentes, se realizó un acercamiento estadístico exploratorio mediante el análisis de conglomerados, utilizando el algoritmo de pares agrupados y la correlación como índice de distancia (Shennan Reference Shennan1992). Las variables consideradas son: porcentaje de cavidades, matriz y tipos de antiplásticos (cuarzo, feldespato potásico, plagioclasas, microclina, biotita, muscovita, anfíboles, piroxenos, epidoto, minerales opacos, litoclastos volcánicos, graníticos, metamórficos y sedimentarios). El coeficiente de correlación cofenético obtenido es de 0.91, indicando que el dendograma es una buena representación de la matriz de similitud.

Los resultados muestran un grupo mayoritario conformado por 14 muestras con un valor de similaridad de 0.992 y dos fragmentos que se alejan de esa agrupación (ANS4 y VC14) y se diferencian entre sí (Figura 5). Dentro del grupo mencionado a su vez, dos conglomerados:

1-A: 11 muestras, siete de ANS y cuatro de VCM. El porcentaje de inclusiones varía entre 9%-25%. Los clastos más abundantes son de cuarzo cristalino y también de extinción ondulante (5%-12%). En porcentajes menores, se da la asociación entre feldespatos, micas (biotita y muscovita), litoclastos sedimentarios —pelitas y areniscas—, metamórficos —pizarras/filitas y cuarcitas— y graníticos. Algunas muestras también poseen minerales opacos y anfíboles.

1-B: tres muestras, dos de ANS y una de VC. Corresponden a las pastas más densas del conjunto (26%-33%). Predominan las inclusiones de cuarzo cristalino y de extinción ondulante (12%-15%) y, en porcentajes menores, litoclastos sedimentarios —pelitas y areniscas—, metamórficos —pizarras/filitas y cuarcitas—, feldespato potásico, plagioclasas y biotita. También se reconocen muscovitas, litoclastos graníticos y volcánicos, microclina, anfíboles y minerales opacos.

La muestra ANS4 posee un 26% de inclusiones y se destaca por la asociación de cuarzo, litoclastos volcánicos y sedimentarios. En tanto VC14, se diferencia del resto por el predominio de litoclastos sedimentarios (10%).

Figura 5. Dendograma del análisis modal de la petrografía cerámica.

Con respecto a la porosidad de las pastas, el conjunto es homogéneo. La mayoría de ellas son poco porosas (2%-9%) y el tamaño de los poros es inferior a 1000 μm. La única muestra que se diferencia notablemente es la VC14, que además de ser la más porosa (13%), las cavidades son de forma alargada-irregular y su tamaño varía entre 100 y 6000 μm.

Por último, en todos los cortes se observó la presencia de nódulos de arcilla, elemento que permitió comparar su textura con la matriz cerámica. Respecto a esto último, todas las muestras presentan matrices criptofilitosas y en algunos casos también algo microgranosas (Tabla suplementaria 2).

Considerando el porcentaje de inclusiones y su tamaño, clasificamos las pastas en modalidades muy fina, fina, intermedia y gruesa.

Muy fina

Sin agregado de temperante; predominan las inclusiones de granulometría entre limo grueso y arena muy fina, excepcionalmente hay clastos de arena mediana y gruesa. El porcentaje de inclusiones es inferior al 11% de la pasta. Corresponden a las muestras VC1 y VC2, del cluster 1-A (Figura 6A).

Figura 6. Fotomicrografías con y sin polarizador, de las modalidades de pastas. A: VC1; B: ANS6; C: VC8; D: VC4; E: ANS2; F: ANS4; G: VC14. (Color en la versión electrónica)

Finas

Se reconocen dos modalidades con agregado de temperante. (1) Predominan las inclusiones de granulometría entre limo grueso y arena muy fina, pero también hay de tamaño limo medio, arena mediana y gruesa. Son pastas más densas que el caso anterior, el porcentaje de inclusiones es cercano al 20%. Se trata de diez pastas del cluster 1-A, ocho de ANS —ANS1, ANS3, ANS5, ANS6, ANS7, ANS8, ANS9, ANS10— y dos de VC —VC6, VC8— (Figura 6B y 6C). (2) Predominan las inclusiones de granulometría entre limo grueso y arena mediana y en menor medida arena gruesa. El porcentaje de inclusiones es de 32%. Corresponden a las muestras ANS2 y VC4, del cluster 1-B (Figura 6D y 6E).

Intermedia

Con agregado de inclusiones no plásticas de tamaño poco seleccionado, cuya granulometría predominante varía entre limo grueso y arena gruesa; en menor medida hay clastos de arena muy gruesa. La densidad de inclusiones es de 26%. Corresponde a la muestra ANS4 (Figura 6F).

Gruesa

Posee agregado de inclusiones no plásticas de tamaño entre arena gruesa y sábulo. Corresponde a la muestra VC14, que posee un 19% de inclusiones (Figura 6G).

Caracterización mineralógica y química de pastas y pinturas

Difracción de rayos X

Las pastas de los fragmentos de ANS y VCM muestran la presencia de cuarzo, feldespatos y micas como componentes mayoritarios. Entre los feldespatos se identificaron, principalmente, albita y anortita. Dentro las micas se reconocen biotita, flogopita, illita y muscovita, las cuales pueden encontrarse tanto en el temperante como en la matriz arcillosa. En menor proporción se observan otros minerales, como rutilo y hematita. No se registran diferencias significativas en la composición de las pastas de ambas regiones (Tabla suplementaria 3; Figura 7).

Figura 7. Ejemplos de espectros Raman (A y B) y difractogramas de rayos X (C y D) de muestras de ambas regiones.

En el caso de las pinturas de color negro, los difractogramas de rayos X de las dos series muestran la presencia de componentes que actúan como pigmentos, como la titanomagnetita o la magnetita (ambos minerales de color negro intenso) y de hematita (de color rojo). En algunas pinturas negras también se identificaron señales compatibles con grafito. Junto con estos componentes coloreados, se observa la presencia de cuarzo, feldespatos (albita, analcima, anortita, anortoclasa) y rutilo, fases que pueden provenir de la pasta o bien pueden haber formado parte de la mezcla de minerales que conforman la pintura. En varias muestras también se identifica arcilla illita, cuya presencia pudo haberles otorgado a las pinturas una mayor plasticidad, facilitando su aplicación sobre las piezas cerámicas (Tabla suplementaria 3; Figura 7).

Espectroscopía Raman

En rasgos generales, los resultados obtenidos por RS muestran concordancia con los DRX. En las pastas de ambas series se identificaron como fases cristalinas principales anatasa, hematita y cuarzo. Además, los espectros mostraron evidencia de la presencia de feldespatos como albita, anortita y sanidina. En cuatro muestras de ANS y en una de VCM se observó la existencia de rutilo. En tanto, solo en algunos fragmentos de ANS se observaron también picos característicos de la ilmenita y en dos de VCM, titanomagnetita (Tabla suplementaria 3).

El análisis de la pintura negra demostró mayoritariamente la presencia de anatasa, hematita, cuarzo y titanomagnetita. Como característica diferencial, en comparación con las pastas, se encontró en muchos de los espectros obtenidos de ambas series, la presencia de magnetita y óxidos de manganeso, y en algunas muestras también se reconoció grafito. Además, se identificaron albita, microclina y rutilo. Las fases presentes principalmente en la pintura crema son anatasa, hematita y cuarzo, también identificadas en la pasta y en las pinturas negra y roja (Figura 7). En esta última, el mineral responsable del color es la hematita.

En algunos fragmentos de ambas regiones, tanto en las pastas como en las pinturas, se evidenció la presencia de yeso. Lo interpretamos como consecuencia de procesos post-deposicionales, dado que en esas muestras se observan pequeñas manchas blancas.

Microscopía electrónica

El análisis microestructural permitió observar algunas semejanzas y diferencias entre las muestras estudiadas. En los casos ANS3, ANS8, VC11 y VC14 se observan microestructuras mejor densificadas y, particularmente, en las tres primeras se reconocen pequeños poros de forma redondeada. En tanto, VC1 y ANS4 poseen una matriz más heterogénea, con presencia de porosidad inter e intragranular con una extensa distribución de tamaños (0.5- 8 μm, aproximadamente). En ANS4, incluso, se ven estructuras seudo laminares (Figura 8). Considerando que las composiciones de las pastas son similares, estas diferencias sugieren que las piezas fueron sometidas a distintos rangos de temperatura-tiempo de cocción. Igualmente, queda pendiente evaluar si estas condiciones diferenciales pueden darse en la misma estructura de combustión, según el sector de ubicación de las piezas con relación a la fuente de calor.

Figura 8. Micrografías SEM de la variedad de pastas.

Respecto a las observaciones realizadas sobre las pinturas negras hay mayores semejanzas entre ANS8, ANS3, VC11 y VC1 dado que poseen una microestructura más homogénea y compacta que VC14 y ANS4. Los espectros EDS confirman la presencia de los elementos típicos de los cromóforos, como Fe, Mn, Ti y C, además de los elementos correspondientes a los otros minerales identificados por DRX y RS (Si, Al, Ca, Na, etc.). De este modo, nuevamente se reconoce la semejanza composicional entre los conjuntos de ambas regiones (Tabla suplementaria 4).

Discusión

Una observación integral de la alfarería —características visibles y ocultas— permite contribuir tanto al estudio de su circulación como a la de los saberes vinculados a sus técnicas de manufactura (Puente Reference Puente2011). El análisis comparativo realizado evidencia notables semejanzas en las características tecnológicas y composicionales entre las piezas de ambas regiones. Si bien el conjunto de ANS presenta mayor grado de fragmentación, fue posible identificar la variedad de formas típicas del estilo, predominando los cuencos. Respecto a los tipos de pastas, los análisis por lupa y microscopio petrográfico permitieron reconocer, con algunas excepciones, que las muestras de ANS y VCM fueron manufacturadas bajo modos técnicos compartidos. Predominan las piezas de pastas finas, con la incorporación de antiplásticos de tamaño pequeño, escaso porcentaje de cavidades y de matrices compactas, resultado de un buen amasado y adecuadas condiciones de cocción.

Estas pastas, junto con la que identificamos como de modalidad intermedia, coinciden con las descripciones realizadas por Baldini y Balbarrey (Reference Baldini and Balbarrey2004) para las piezas Molinos de los sitios Molinos I y San Isidro (Salta). Sin embargo, el ejemplar VC14 de pasta gruesa se diferencia del resto del conjunto analizado en este trabajo y de las descripciones realizadas por los autores mencionados, mostrando que este tipo de modalidad no solo se utilizó para la manufactura de recipientes ordinarios o sin decoración sino también para piezas pintadas.

Respecto a las temperaturas de cocción, si bien no disponemos aún de elementos para definir los grados máximos alcanzados, las observaciones microestructurales realizadas por SEM-EDS confirman semejanzas entre las muestras de ANS y de VCM. En ambos casos se reconoce cierta variabilidad pero el predominio de matrices mejor densificadas y la presencia de pequeños poros redondeados, indica que las temperaturas obtenidas durante el horneado permitieron un adecuado sinterizado de las piezas. Esto es coherente con la determinación de matrices criptofilitosas por petrografía, y el sonido “campaneante” de la mayoría de los fragmentos —excepto ANS4 y VC14— al ser golpeados.

En relación con las materias primas, también se destacan semejanzas de los ejemplares recuperados en ambas regiones. Las muestras estudiadas se comportan como un conjunto petrográfico homogéneo, más allá de mínimas diferencias que están expresadas en los cluster conformados. Las inclusiones no plásticas corresponden principalmente a la combinación de pelitas, areniscas, cuarzo cristalino y de extinción ondulante, junto a feldespatos, cuarcitas, filitas y algunos litoclastos volcánicos y graníticos, entre otros minerales presentes en menores proporciones. La única muestra que se separa de la tendencia general es la ANS4, en la cual, si bien la asociación de clastos mencionados está presente, predominan los de origen volcánico.

La identificación del tipo de clastos brinda elementos para discutir la procedencia de los recipientes analizados (Quinn Reference Quinn2013). Para ello, es central analizar la información geológica del entorno donde se emplazan los sitios en donde se recuperaron los fragmentos. Dado que los ambientes geológicos de la quebrada del río Las Pitas y de la cuenca de Molinos son contrastantes, un abordaje parcial de procedencia es posible.

La geología de ANS es principalmente de origen volcánico. El paisaje regional está conformado por el predominio de andesitas, basaltos, dacitas e ignimbritas mesosilícicas a ácidas de origen Terciario (Cenozoico), que se vaciaron en cubetas sedimentarias, influyendo notablemente sobre las mismas (Alonso y Viramonte Reference Alonso and Viramonte1987; Tchilinguirian 2009 en Pérez y Tchilinguirian Reference Pérez and Tchilinguirian2016). La localidad de Punta de la Peña se emplaza en torno a una de estas formaciones de ignimbrita, en una terraza del margen sur del río Las Pitas. Además de las descripciones geológicas disponibles, contamos con análisis petrográficos de arenas muestreadas en distintos puntos de la microrregión (Puente Reference Puente2016, Reference Puente2020). Estas muestras constituyen posibles fuentes de antiplásticos, de allí la importancia de su análisis. Particularmente, en el torno de esta localidad arqueológica, disponemos de la caracterización petrográfica de arenas recolectadas en distintos tramos de la cuenca del río Las Pitas, en asociación con fuentes de arcilla y en las inmediaciones de los sitios estudiados (Puente Reference Puente2016). Todas las muestras contienen altos porcentajes de litoclastos volcánicos de microestructuras características de basaltos, dacitas, andesitas y rocas piroclásticas. También se reconocieron porcentajes considerables de cuarzo, plagioclasas y feldespato potásico, entre otros. La única muestra que, además, posee porcentajes considerables de clastos metamórficos es la que se ubica en el extremo este del río, en el límite de una formación volcánica y otra metamórfica. A su vez, solo en esa muestra se reconocieron litoclastos de origen sedimentario pero en porcentajes muy bajos (Puente Reference Puente2016).

Las formaciones geológicas que se encuentran en el entorno de los sitios Molinos I y II son diversas. El cerro Overo, al pie del cual se emplaza Molinos I, está conformado por filitas, esquistos y gneiss de la formación La Paya, pero también afloran grauvacas, areniscas y pelitas arquimetamórficas y turbiditas (facie sedimentaria) de la formación Puncoviscana. Frente al sitio, en el margen norte del río Molinos se disponen extensos depósitos terrazados conformados por conglomerados con intercalaciones de areniscas, pelitas y tobas. La cuenca de Molinos está alimentada por los ríos Luracatao y Humanao, subsidiarios del río Calchaquí. El primero de ellos corre desde el noroeste atravesando las formaciones Quebrada de Los Corrales, Angastaco y subgrupo Pirgua, conformadas por areniscas de diversas tonalidades. En tanto, el río Humanao, además de atravesar algunas de las formaciones ya mencionadas, en un sector de su recorrido circunda granitos y granodioritas (Hongn y Seggiaro Reference Hongn and Seggiaro2001). De este modo, los depósitos aluviales y coluviales que están en la cuenca de Molinos están integrados por gravas, arenas, arcillas y barreales conformados por sedimentos de origen principalmente sedimentario, pero también con aportes de componentes graníticos, metamórficos y en menor medida volcánicos.

De este modo, si bien no disponemos de estudios petrográficos de arenas muestreadas en la cuenca del río Molinos, las descripciones geológicas son consistentes con el origen de los clastos que integran las pastas de las muestras recuperadas en ambas regiones. Excepto el caso ANS4, los temperantes de los fragmentos recuperados en ANS difieren de las materias primas no plásticas disponibles en Las Pitas y en la microrregión en general.

Asimismo, los análisis químicos y mineralógicos de las pastas y pinturas confirman las regularidades en la composición de ambos conjuntos comparados. Los cromóforos reconocidos en la elaboración de las pinturas negras muestran la utilización combinada de variados minerales —óxidos de manganeso, magnetita y/o titanomagnetita— e incluso en ejemplares de ambas regiones se reconoce la presencia de grafito. Estos cromóforos y la práctica de utilizarlos de forma combinada para generar el color negro, también ha sido reconocida en otros estilos cerámicos (de La Fuente et al. Reference De La Fuente, Galván, Castellano, Limandri, Vera, Días, Suárez, Bernardi and Bertolino2019; Palamarczuk et al. Reference Palamarzuk, Tomasini, Zalduendo, López and Fuertes2020; Puente, Desimone, et al. Reference Puente, Desimone, Tomba and López2017; Ratto et al. Reference Ratto, Reinoso, Basile, Freire and Halac2020, entre otros). En tanto los precursores responsables del color crema no pudieron reconocerse con certeza, dado que la anatasa también está presente en la pasta y en las pinturas de distintas tonalidades.

Conclusiones: La circulación de cerámica Molinos en el marco de las redes de interacción Puna-Valles

Este trabajo brinda un primer antecedente sobre la interacción entre habitantes de ANS y VCM desde la comparación directa entre muestras cerámicas recuperadas en ambas regiones. Además, presenta la primera caracterización composicional de la alfarería de estilo Molinos.

Los análisis de pastas realizados nos llevan a concluir que la cerámica Molinos recuperada en ANS fue elaborada siguiendo las mismas modalidades que los conjuntos predominantes en VCM. Además, las materias primas utilizadas para la elaboración de las pastas y pinturas también son semejantes y, al menos parte de ellas, se corresponden con recursos disponibles en la cuenca del río Molinos. A partir de estas coincidencias, proponemos que los ejemplares Molinos recuperados en ANS circularon desde el VCM. La única muestra que se aleja de esta tendencia es la ANS4, que podría haber sido elaborada tanto en la puna como en el valle. Esta aproximación inicial sobre procedencia será profundizada con futuros análisis químicos que determinen elementos trazas.

Como mencionamos previamente, las relaciones de interacción entre habitantes de la puna y los valles poseen una larga historia, y sus estrategias y modalidades fueron diversas y cambiantes según los contextos sociales, políticos y económicos en los que transcurrieron. Particularmente, la quebrada de Las Pitas fue una de las posibles vías de comunicación hacia Molinos, pasando por la ladera occidental del volcán Galán, ruta que fue utilizada desde el Formativo hasta momentos posthispánicos (Martel Reference Martel2014). Además, las representaciones rupestres de caravanas del período Tardío en diversos sitios de esta quebrada muestran su rol como vía de comunicación (Martel Reference Martel2010). Destacamos también, que desde el espacio de carácter religioso y ancestral de Peñas Coloradas 3 cumbre emplazado hace 1.000 años atrás a 3,5 km de distancia de Punta de la Peña, se buscó el dominio visual hacia las vías de circulación que conducían a los valles Calchaquíes. Esto indica la relevancia de tal interacción, la que se proyectó hasta tiempos republicanos con rituales pastoriles y caravaneros (Cohen Reference Cohen2014). Junto a ello, los relatos de habitantes de Punta de la Peña y Peñas Coloradas confirmaron la existencia de viajes hacia Angastaco y Molinos hasta hace unas décadas atrás (López Campeny Reference López Campeny2009; Alfredo Morales, comunicación personal 2023).

Asimismo, investigaciones realizadas en el VCM identificaron tramos de caminos que conectaron las quebradas altas con la puna meridional durante el inkario pero que, posiblemente, fueron construidos sobre vías de comunicación previas (Williams y Villegas Reference Williams and Paula2017). Las evidencias de productos puneños en el valle se remiten principalmente a obsidiana de las fuentes Ona y Laguna Cavi (Sprovieri Reference Sprovieri2014, entre otros) y a cerámica de estilo Belén presente en bajas proporciones (Castellanos Reference Castellanos2017). Como mencionamos previamente, esta última abunda en los grandes conglomerados del fondo de cuenca del río Punilla donde también se recuperó junto a cerámica inkaica (Olivera y Vigliani Reference Olivera and Vigliani2000–2002; Pérez y Gasparotti Reference Pérez and Gasparotti2016).

Más allá de las particularidades de cada tiempo, el establecimiento de vínculos familiares entre habitantes de las regiones conectadas fue clave para mantener activas las redes de interacciones sociales y económicas (Aschero Reference Aschero, Williams, Ventura, Callegari and Yacobaccio2007; López Campeny et al. Reference López Campeny, Romano, Rodríguez, Martel and Corbalán2014; Martel y Aschero Reference Martel, Aschero, Nielsen, Rivolta, Seldes, Vázquez and Mercolli2007). La continuidad de este tipo de vínculos como modalidad de interacción llega incluso hasta el presente lo que permite proyectar este tipo de relaciones en el pasado. Los relatos de arrieros antofagasteños que transitaron durante parte del siglo veinte las rutas hacia el Valle Calchaquí, Fiambalá y Belén permiten dar cuenta de que las relaciones de parentesco, compadrazgo, casamientos y crianzas generaban lazos estrechos entre residentes en lugares alejados y actuaban como mecanismos de reproducción social que aseguraban la perduración de los vínculos (García et al. Reference García, Rolandi, López and Valeri2002; Zamora Reference Zamora2019).

Considerando estos antecedentes y teniendo en cuenta que la cerámica Molinos se recuperó únicamente en la localidad de Punta de la Peña y, quizás en la quebrada de Miriguaca (Leticia Gasparotti, comunicación personal 2023), nos preguntamos a qué responde su reducida y localizada distribución dentro de la microrregión. A diferencia de ella, tanto en sitios del fondo de cuenca del río Punilla como de sus quebradas subsidiarias, incluyendo Las Pitas, abundan cerámicas de estilos que evidencian interacciones con los valles del sur y oeste catamarqueño, desde momentos tempranos hasta inkaicos (ver referencias en López Campeny [Reference López Campeny2012] y Puente, Pla y Invernizzi [Reference Puente, Pla and Invernizzi2017]). A partir de esto, proponemos que las relaciones entre habitantes antofagasteños/as y de la cuenca de Molinos, materializadas en la circulación de dicho estilo alfarero, correspondieron a vínculos establecidos específicamente con familias que habitaron en Punta de la Peña y, posiblemente, en espacios próximos al río Miriguaca. Esta interpretación es coherente con propuestas que muestran un período Tardío antofagasteño donde grupos corresidenciales y de parentesco mantuvieron ciertas interacciones macrorregionales independientemente de la instalación de un poder centralizado en el fondo de cuenca (Cohen Reference Cohen2014; Martel y Aschero Reference Martel, Aschero, Nielsen, Rivolta, Seldes, Vázquez and Mercolli2007).

Agradecimientos

A la familia Morales por permitirnos realizar las investigaciones en Punta de la Peña y recibirnos siempre con mucho cariño. A Diego Zamora por contribuir en la producción cartográfica. Este trabajo contó con los permisos otorgados por la Dirección Provincial de Antropología de Catamarca, el Museo Arqueológico P. P. Díaz de Cachi y el Museo de Antropología de Salta.

Declaración de financiación

Este trabajo contó con el apoyo de la Universidad Nacional de Mar del Plata en virtud de los subsidios PI2Ba2020 y 15/F785-HUM723/21; y la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica en virtud del subsidio PICT2020-1744.

Conflicto de intereses

Los autores declaran que no hay ningún conflicto de intereses.

Material suplementario

Para acceder a los materiales suplementarios que acompañan este artículo, visitar https://doi.org/10.1017/laq.2024.17.

Escrito suplementario 1. Especificaciones técnicas y metodológicas.

Tabla suplementaria 1. Características de las piezas y procedencia.

Tabla suplementaria 2. Análisis modal y caracterización cualitativa de la petrografía.

Tabla suplementaria 3. Identificaciones por DRX y RS de pastas y pinturas.

Tabla suplementaria 4. Identificaciones por SEM-EDS.

References

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Figura 1. Ubicación de los sitios y localidades mencionadas en el texto (mapa base Microsoft Bing Maps).

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Figura 2. Muestras recuperadas en Antofagasta de la Sierra. (Color en la versión electrónica)

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Figura 3. Muestras comparativas del valle Calchaquí medio. (Color en la versión electrónica)

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Figura 4. Fotografías representativas de la variedad de pastas definidas por lupa binocular. (Color en la versión electrónica)

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Figura 5. Dendograma del análisis modal de la petrografía cerámica.

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Figura 6. Fotomicrografías con y sin polarizador, de las modalidades de pastas. A: VC1; B: ANS6; C: VC8; D: VC4; E: ANS2; F: ANS4; G: VC14. (Color en la versión electrónica)

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Figura 7. Ejemplos de espectros Raman (A y B) y difractogramas de rayos X (C y D) de muestras de ambas regiones.

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Figura 8. Micrografías SEM de la variedad de pastas.

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